«En el momento en que se van a cumplir cuarenta años desde la entrada en vigor de la Constitución, se acumulan las dudas acerca de si el sistema político que dio a luz el pacto constituyente de 1977-78 puede continuar siendo el marco jurídico-político que permita a la sociedad española gobernarse democráticamente.» Javier Pérez Royo
A partir de esta reflexión, el constitucionalista Pérez Royo y Antón Losada debaten en torno al actual sistema político del Estado en Constitución: la reforma inevitable, un libro duro y polémico, dirigido también a lectores no especializados en la materia, en el que se discute sobre política actual, historia de la Transición, crisis económica, crisis de régimen y crisis territorial. Sus conclusiones son radicales y polémicas. Y permiten al ciudadano de a pie percibir hasta qué punto la Constitución afecta su vida cotidiana.
Constitución: la reforma inevitable repasa la historia constitucional española, de Cádiz hasta hoy y nos recuerda que el problema permanente de todas las constituciones españolas es que no se supo reformarlas. O no se quiso. Los autores aseguran que España no ha hecho jamás, excepto en la Segunda República, un verdadero ajuste de cuentas con la monarquía.
El libro también compara la situación española con la de otros países europeos, repúblicas y monarquías. Mientras que la constitución alemana de 1949, que nace con un país ocupado por las fuerzas aliadas, se ha ido reformando con los años, la Constitución del 78 solo ha tenido un par de reformas, y ambas dictadas desde Europa. Una para adaptarse a los acuerdos de Maastrich; otra impuesta por los acreedores europeos del Reino de España, para que el pago de la deuda tenga prioridad sobre todo otro criterio de gasto público.
Pérez Royo y Losada también analizan las posibilidades de reforma de la actual constitución, tan escasas debido al blindaje que la derecha consiguió con la creación de un Senado excesivamente grande y poderoso, inútil como cámara territorial, pero perfecto para impedir cambios no deseados.
La cuestión territorial y las posibilidades de solucionarla suscitan la mayor polémica: Losada es nacionalista; Pérez Royo no lo es. Aunque a lo largo de las conversaciones buscan el consenso, no siempre lo alcanzan. Por eso se trata de un libro especialmente vivo que permite escuchar sin censura puntos de vista diversos y opuestos, enfrentados en forma de polémica. En una cosa coinciden: la “solución judicial” no es tal, y urge encontrar salidas.