Este libro dedicado a las figuras mediadoras hablantes de lenguas indígenas en el mega diverso México aporta referencias sobre cómo se atiende una deuda histórica con los pueblos indígenas en cuanto a políticas lingüísticas y acceso a la justicia tanto al público en general como al especializado. Abre una ventana al mundo de la interpretación en lenguas indígenas en el ámbito judicial en México, que no dista mucho de la problemática que se vive en otros países de América Latina.
El público lector encontrará datos y testimonios en torno a las condiciones de trabajo, dificultades, políticas lingüísticas y formación de los mediadores lingüísticos que desde la colonia han trabajado entre los funcionarios y los usuarios del sistema de justicia. A quien le interese conocer un poco la historia de esta profesión en México, hallará detalles contextuales, ejemplos concretos de situaciones donde participan y un análisis de cómo se vivió la formación de intérpretes para facilitar el acceso a la justicia de pueblos indígenas. Los testimonios ofrecen una visión de cómo viven su práctica profesional estas importantes figuras hoy en México.
El libro teje historia, teoría y testimonios en un lenguaje accesible a todo público y que puede ser de utilidad para investigadores de traducción e interpretación, sociología, antropología, historia, ciencias sociales, humanidades, derecho o políticos, ya que se ubica en un espacio inter-disciplinar atendiendo una problemática actual.