El Cantar de los Cantares fue incorporado a la Biblia como el más bello poema de amor vivido por el rey Salomón y la hija del Faraón, acompañados por el coro de sus compañeros. A mediados del siglo XVI fray Luis de León tradujo el original hebreo, palabra a palabra, atendiendo solo a la «corteza de la letra», convencido de que cuanto más penetramos en la experiencia humana del amor, mejor comprendemos el sentido alegórico espiritual que se oculta en los versos. Es lo que fray Luis explica en la Exposición, en un castellano considerado el más hermoso de la literatura espiritual del Siglo de Oro. Censurado y prohibido por la Inquisición, no fue publicado hasta 1798. Aquí se cuenta la apasionada historia y se desentraña la belleza de lo que Jorge Guillén calificó como «adorable, prodigioso cántico».
Fray Luis se esfuerza en ahondar en el sentido de una espesa corteza para captar la profundidad y la pluralidad del sonido de las palabras, a fin de que en ellas resuenen los significados más abiertos, que transmiten las más variadas vivencias. Lejos de atar, la fidelidad al texto original genera libertad. –Víctor García de la Concha
Fray Luis de León, de ascendencia paterna judeoconversa, fray Luis de León (Belmonte, Cuenca, 1528), de la orden de San Agustín, estudió en Salamanca Artes, Filosofía y Teología, y en Alcalá Sagrada Escritura. Su formación humanística maridaba letras y otros saberes universales. Catedrático de la Universidad de Salamanca, militó en el grupo de los hebraístas, que exploraban nuevas vías de exégesis de la Escritura. Acusado ante la Inquisición de despreciar la Vulgata fue encarcelado en Valladolid; volvió después a la universidad. En poesía añadió a sus propias composiciones las traducciones e imitaciones de los clásicos y de la Biblia. En prosa abrió un camino nuevo armonizando el ritmo del latín clásico con el decir cotidiano, que se admira en el Cantar de Cantares y resplandece en De los nombres de Cristo.
Víctor García de la Concha, Doctor en Filología Española por la Universidad de Oviedo y licenciado en Teología por la Gregoriana de Roma, es catedrático emérito de Literatura Española de la Universidad de
Salamanca. Doctor Honoris Causa por once universidades de América y España, fue director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Dirigió después el Instituto Cervantes. Su investigación se centra en el Siglo de Oro y la literatura contemporánea. Destacan sus obras El arte literario de Santa Teresa, Nueva lectura del Lazarillo, Al aire de su vuelo, La poesía española de 1935 a 1975 y Cinco novelas en clave simbólica, así como numerosas ediciones críticas. Por su labor al servicio de la unidad del español, ha sido distinguido con la Insigne Orden del Toisón de Oro.