«Una teorÃa cientÃfica cualquiera puede parecer mejor que otra cuando explica de una manera más exacta y más completa los fenómenos que estudia. Ahora bien; creo que mi teorÃa sociológica de la adaptación explica mejor que todas las demás los hechos sociales humanos. Si esto no fuera asÃ, deberÃa reconocer que he perdido inútilmente mi tiempo al hacer su exposición.
Pero para que este aserto no parezca presuntuoso y gratuito, me esforzaré en comparar mi teorÃa con todas las demás que se han desenvuelto hasta ahora. Con el fin de no extenderme demasiado y de no extraviarme en detalles inútiles, voy a examinar en su conjunto estas teorÃas, dividiéndolas, según los principios en que descansan, en cuatro grupos, A saber: 1.º, las teorÃas darwinistas puras; 2.º, las teorÃas spencerianas; 3.º, las teorÃas comtistas; 4.º, las teorÃas analógico-orgánicas.
La ciencia es progresiva por naturaleza. Todos los dÃas se hacen nuevas investigaciones y nuevos descubrimientos que corrigen antiguos errores y aumentan el número de los conocimientos humanos. Este trabajo continuo durará tanto como el mundo.
La verdad de toda teorÃa cientÃfica está siempre, por consiguiente, en correlación con los conocimientos que se posean en el momento de formularla.
Nadie, sin embargo, creo que pueda negar que la adaptación no sea una de las leyes más ciertas y mejor demostradas, y que la manera como yo la entiendo, tanto en biologÃa como en sociologÃa, no sea la más comprensiva y la más armónica con los hechos y los conocimientos cientÃficos de nuestro tiempo.
Eso es únicamente lo que se puede exigir del espÃritu humano: lo que personalmente intenté producir, empleando en ello todas mis fuerzas. Si lo conseguà o no, lo dirán mis lectores. Pero yo no podÃa ciertamente pretender hacer un tratado de filosofÃa del Derecho, como han supuesto ciertos observadores superficiales, sino solo sus bases y sus lÃneas más generales de modo que pudieran servir a aquellos que más tarde ejecutaran este trabajo. Y digo más tarde, porque hoy no puede emprender esta tarea ningún positivista serio con la esperanza de triunfar; ya porque no existe todavÃa una clasificación exacta de las ciencias sociales particulares, ya porque un gran número da materiales etnológicos e históricos no están todavÃa bien escogidos y no son muy sólidos.»
Michelangelo Vaccaro