Este libro muestra que el Señorío de Vizcaya fue una forma singular del Antiguo Régimen europeo. El Fuero (1526-1876) contiene una sociedad que se organiza a partir de la hidalguía universal. En los capítulos de este libro se describen y analizan distintas facetas de la Vizcaya histórica, pero todas ellas nos permiten verla dentro de la Monarquía hispánica, proyectándose hacia Europa y América, debido a las actividades y funciones comerciales de la ría de Bilbao. Mercaderes y nobles condicionaron la historia del Señorío, y su privilegiado sistema de gobierno foral, que impresionó a Rousseau, en realidad fue una modalidad de “la libertad de los antiguos” de Benjamin Constant. El cosmopolitismo de las élites convivía con expresiones arcaicas populares de su religiosidad y moral sexual.
Las investigaciones de este libro, sustentadas en documentos judiciales y notariales, permiten afirmar que la dualidad es un rasgo de la sociedad vizcaína, siendo la oposición entre la economía capitalista y la economía nobiliaria, su rasgo más significativo. La narración histórica llega hasta los años treinta del siglo XVIII, y permite comprender por qué Vizcaya conservó su foralidad, cuando Cataluña la había perdido unos años antes con Felipe V de Borbón.