Cuando parecía difícil que pudiera decirse algo sustancialmente nuevo sobre la figura del cardenal Ángel Herrera Oria aparece esta biografía póstuma plagada de anécdotas desconocidas y que nos aporta jugosos datos narrados por un testigo directo, pero que además nos adentra en su personalidad, en su espiritualidad y en su vida cotidiana.
Gracias a ella podremos conocer tanto anécdotas entrañables como aspectos desconocidos de la labor social y espiritual de Ángel Herrera en Santander, de su etapa episcopal, de su participación en el Concilio Vaticano II, etc.
Esta biografía no es «una más», ya que está redactada por el sacerdote que fue secretario personal, confidente y amigo durante las dos últimas décadas de la vida del cardenal. No se trata pues, de un simple anecdotario, estamos ante una biografía testimonial de uno de los personajes más importantes de la vida social, política y eclesial de la España del siglo XX.
Introducción
Prefacio. Don Ángel Herrera en mi cambio hacia Dios
Capítulos
1. La Residencia Sacerdotal de Maliaño
2. Obispo de Málaga
3. El primer verano del obispo Herrera
4. Viaje a Málaga y entrada en la diócesis
5. El obispo Herrera, semblanza personal
6. Oratione et Verbo Dei
7. La acción pastoral del obispo Herrera
8. El Seminario
9. Los sacerdotes
Apéndice gráfico
José María Eguaras Iriarte. Nacido en Lumbier, Navarra (1922), realizó sus estudios en el Seminario de Pamplona (1944), siendo ordenado sacerdote en febrero de 1945 en Lumbier. Posteriormente, obtuvo la licenciatura (1944-1946) y el doctorado (1945-1946) en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, donde conoció a Ángel Herrera. Realizó un curso de Materias Sociales y Ejercicios Espirituales en la Residencia de Maliaño (Santander, 1946-1947), fundada por Ángel Herrra, de la que fue alumno. Al nombrar a Don Ángel obispo de Málaga, Eguaras se convierte en su secretario particular y hombre de confianza durante casi tres lustros.
La mayor parte de su labor pastoral se realizó en Málaga. Allí fue rector y profesor de la Escuela sacerdotal de Málaga y profesor en el Seminario (1952-1959). Igualmente, fue sacerdote en La Granja de Suárez (1952-1959) y de la Iglesia del Santo Cristo (1955-1959), así como canónigo de la Catedral de Málaga, Maestro de Ceremonias, Prefecto de Liturgia (hasta 1997), Capellán del Templo Capitular Sagrario en la Santa Iglesia Catedral de Málaga y Consiliario de los jóvenes de Acción Católica.
En Madrid, fue delegado de Ángel Herrera Oria en el Instituto Social León XIII (Madrid, 1959-1962); Vicesecretario General del Episcopado Español (1960-1966); Prelado de Honor de su Santidad (1982); Vicesecretario General de la Conferencia Episcopal Española (1966-1993). En 1993 se jubiló y regresó a Málaga, donde falleció el 26 de abril de 2012.
