Las cincuenta piezas que conforman este volumen son una brevísima, divulgativa y crítica Historia de Andalucía, sin intención alguna de abarcar la totalidad de sus períodos, conflictos o logros. En sus páginas destacan los mestizajes, intercambios, préstamos culturales y resistencias sociales como algunas de las ideas clave que mejor pueden ayudar a entender el pasado de la comunidad andaluza, nunca desde el dogma ni desde la esencia, en todo caso desde la diversidad y la heterodoxia y siempre con un enfoque crítico ante cualquier forma de nacionalismo.
La imagen histórica de Andalucía se ha construido, en parte, como un juego de espejos en los que se reflejan la mirada ajena extranjera o española- y la propia mirada andaluza. El riesgo de asumir invenciones foráneas y de creernos las propias no sería muy importante si no nos preocupase el peso de nuestro pasado. No podemos olvidar que la valoración de nuestra historia está ligada a la administración y conservación de nuestro patrimonio por su impacto directo en el PIB de nuestra comunidad.
En algunos casos, asumir los tópicos históricos puede ser rentable social y económicamente, en otros es un lastre para el presente y, sobre todo, para el futuro. Ante ese dilema, el mayor desafío ha de ser siempre explicar la Historia plural de Andalucía y combatir su manipulación y desmemoria.