En todo el mundo, el Estado-nación tal como lo conocemos acusa ya una importante fatiga. La emancipación del individuo es un marco en un marco cosmopolita y cada vez más anacional, la revolución tecnológica y el cambio de una red social descentralizada a otra distribuida, son algunos de los factores que hacen inevitable un completo replanteamiento de la gobernanza política de las sociedades. Los grandes Estados compactos y rígidos tendrán que dar paso a unidades más pequeñas, flexibles y líquidas. Del paradigma del Estado-nación transitaremos al del Estado-empresa.
Es necesario, por lo tanto, contemplar escenarios como el solapamiento de jurisdicciones que propone la panarquía y como el afianzamiento de un derecho de autodeterminación actualizado, no baso en las naciones sino en el individuo y en su libre asociación y desasociación política. Pero ello implica habilitar cauces y mecanismos universales y garantistas para una gestión pacífica y no traumática de ese derecho. Contribuir a ese empeño es uno de los objetivos del libro, que extrae conclusiones de más de veinticinco conflictos de autodeterminación sin sustraerse a abordar nuestro propio laberinto territorial, y recorre también los principales intentos de establecer países nuevos inspirados en las ideas libertarias.