Consumidor y sector bancario

La presente obra monográfica recoge diferentes aportaciones de especialistas de reconocido prestigio, tanto en el ámbito académico como del ejercicio profesional de la abogacía, acerca de la protección del consumidor ante el sector financiero. Aportaciones que, tanto desde una perspectiva sustantiva (civil, mercantil, administrativa, internacional y penal) como procesal, con especial referencia a los problemas probatorios y de ejercicio colectivo de las acciones, analizan la problemática realidad que acompaña a la protección de los usuarios y consumidores (parte débil) frente a las grandes entidades bancarias y financieras, tanto en Europa (con especial referencia a la protección del crédito inmobiliario en España y Portugal) como en América (Brasil y Chile en particular).

Sucesivamente, se examinan las cláusulas de vencimiento anticipado, la dimensión internacional del derecho procesal bancario, la actividad probatoria en materia de consumo bancario, las proliferantes reclamaciones frente a los bancos en relación a las obligaciones preferentes, subordinadas y productos estructurados, el ejercicio de las acciones individuales y colectivas en materia de consumo, las cláusulas suelo, la protección del consumidor financiero, la polémica planteada acerca del contrato de permuta financiera desde la óptica del error en el consentimiento, la interacción entre la protección de datos personales y la legislación relativa al blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, las novedades introducidas en España con motivo de la entrada en vigor de la Ley 5/2019, sobre contratos inmobiliarios, y el “caos interpretativo” generado por la actuación del Tribunal Supremo español en relación a los gastos (también los fiscales) derivados de la formalización de los contratos de préstamo hipotecario.

Sin duda, una obra de referencia no solo para los estudiosos del Derecho y quienes se enfrentan al ejercicio de la profesión en este particular ámbito de actuación, sino también para cualquier ciudadano que deba “lidiar”, a diario, tanto en su vida profesional como personal, con una o varias entidades bancarias, bien sea en calidad de ahorrador, al gestionar la compra de una vivienda, obtener un crédito al consumo, invertir su capital o liquidar sus deudas o impuestos.