Derecho penal bases constitucionales
La elaboración dogmática del Derecho penal goza de una larga tradición entre los penalistas y ha dado lugar a excelentes exposiciones de la Parte General y concretamente de la Teoría General del Delito, entendida como una forma de elaboración y exposición sistemática de los presupuestos básicos de la punibilidad del comportamiento humano que el legislador califica como delito. En esta línea, se encuentra el Derecho penal sobre bases constitucionales. Lo más destacable es la exhaustiva exposición que hace el autor de esta importante parte del Derecho penal. Rafecas no se limita solo a exponer las polémicas sistemáticas y las cuestiones doctrinales que, durante los últimos setenta años, han dominado el panorama de la ciencia penal argentina y el de otros muchos países principalmente de habla hispana. Rafecas advierte desde un principio, que dicha elaboración carece de sentido, si no se entiende la teoría del delito como una teoría de la imputación penal dentro del modelo de una sociedad democrática, basada en los principios constitucionales del Estado de derecho.
Rafecas, desde el primer capítulo de su obra, destaca que lo que constituye las bases del Derecho penal de un Estado de derecho, es el sistema de garantías penales, sin las cuales el Derecho penal pasaría a ser el ejercicio arbitrario sin límite ni control del poder punitivo estatal. Para el autor, los principios de legalidad, necesidad, ofensividad y culpabilidad y su correspondiente traducción en las categorías de la teoría del delito, tipicidad, antijuricidad y culpabilidad, deben ser el punto de referencia obligado de una teoría del delito concebida como una teoría democrática de la imputación penal.
Creo que ese planteamiento humano de la pena y del Derecho penal es especialmente importante destacarlo en un momento en el que el resurgimiento en los últimos años de una teoría del Derecho penal que hunde sus raíces en una ideología autoritaria represiva de las libertades y derechos fundamentales de las personas, pretende justificar o exponer acríticamente, los mayores excesos que puede llevar a cabo el poder punitivo del Estado frente a los derechos de las personas. Ante este panorama que se ha ido configurando en los últimos años, como una manifestación característica del Derecho penal del siglo XXI, cualquiera que pretenda hoy exponer y elaborar sistemáticamente de forma general el actual Derecho penal debe ser consciente de que, como demuestra Daniel Rafecas a lo largo de esta obra, esta tarea solo puede llevarse a cabo con una determinación previa de los conceptos básicos propios del Derecho penal de un Estado de derecho que, a pesar de su fragilidad y del continuo ataque al que está siendo sometido desde diversas instancias, deben seguir manteniendo su vigencia como valladar inexpugnable frente a los que pretenden sustituirlo por otros planteamientos fuera de los parámetros garantistas del Estado de derecho.
Del prólogo de Francisco Muñoz Conde