1ª Edición, abril 2014
Ediciones DIDOT
SINOPSIS
Nos complace presentar en esta ocasión el trabajo de Gonzalo Rúa sobre el «contraexamen», el cual, como nos dice el mismo autor es «la piedra angular de un sistema contradictorio, ya que es la herramienta que ha creado la litigación oral para confrontar y verificar la veracidad de lo declarado por los testigos de la parte contraria». En efecto, el derecho a refutar, confrontar y contradecir la prueba presentada por los acusadores es el núcleo histórico del derecho de defensa en juicio.
No deja de llamar la atención lo poco que se enseña a litigar en nuestras universidades cuando ello es una de las tareas principales de los abogados. En realidad se ensena a tramitar, pero la diferencia que existe entre una y otra es la misma que existe entre realizar un diagnóstico médico y prescribir un tratamiento o realizar una operación y llenar una historia clínica.
Es inadmisible, dijimos, un defensor que no sepa examinar y contra examinar a los testigos y peritos. Lo es, pero no es irreparable. Las técnicas de litigación se aprenden y tienen la virtud, además, de conectarse con la vocación más genuina del abogado, esa vocación que muchas veces queda sepultada por el peso de los expedientes o las demoras en las mesas de entrada. En la sala de audiencia, en el litigio, se realza la profesión de abogado, esa profesión hermosa que debemos reconducir hacia las verdaderas necesidades sociales, vinculadas al manejo de los conflictos en la sociedad moderna.