El título de este libro merece una explicación. El término «Justicia Política» generalmente se toma para reflejar la búsqueda de un régimen ideal, en el que todos los miembros se comunicarán e interactuarán con el organismo político, para alcanzar su máxima perfección. ¿Constituye, por tanto, un burdo abuso lingüístico y manifiesto cinismo el aplicar este término, como lo han venido haciendo tradicionalmente los escritores europeos, a aquel dudosísimo sector de la administración de justicia, que emplea los instrumentos encargados de impartirla, para reforzar o crear nuevos baluartes de poder?
Quizá lo contrario se acerque más a la verdad. El perfil del ideal griego se torna más exacto precisamente porque en asuntos políticos la justicia es más tenue que en cualquiera otra rama de la jurisprudencia, ya que fácilmente puede trocarse en una mera farsa. Utilizando los recursos normales de la justicia, los polí-ticos contraen ciertas obligaciones espurias y mal definidas; y por ser de tipo circunstancial y contradictorio, el eslabón entre la política y la justicia se caracteriza clásicamente tanto por la promesa como por la blasfemia.
Lo que sigue es, pues, un esfuerzo para explicar y dilucidar este problema multifacético. No se pretende trazar la historia de la justicia política ni presentar una colección de sus incidentes y casos de mayor relieve; y más que ofrecer un panorama de los principales litigios políticos que se han ventilado en el escenario legal, se procura relacionar el fondo del contenido político con la forma jurídica en la cual los casos tuvieron lugar.