El Estado es en su complejidad un tema inagotable. Da lugar a problemas políticos, ideológicos, antropológicos, económicos, históricos, éticos, fenomenológicos, cuestiones referentes a la historia de las ideas, etc. La teoría del Estado es, por tanto, una ciencia en la cual hoy, en época de la especializaron, colaboran muchas disciplinas científicas, en especial la politología, la economía política, la historia y la filosofía en sus diversas ramas. La teoría del Estado situada en el campo de la ciencia jurídica (la teoría general del Estado) tiene una doble función: como ciencia es la contribución que aporta el jurista a las ciencias del Estado interdisciplinarias con su conocimiento del manejo de las normas y de las instituciones del derecho. Por otro lado —como materia de enseñanza—, es la selección y comunicación de los conocimientos de las ciencias de Estado interdisciplinarias que interesan en especial al jurista. Al jurista le interesa en especial lo que sirve para la comprensión profundizada de las instituciones jurídicas estatales. Para ese fin es importante —como ya lo ha enseñado Savigny— perseguir la evolución de las instituciones hasta su raíz histórica.
Esto vale para las instituciones del derecho público todavía más que para las del derecho civil. La mejor manera de comprenderlas es a través de las situaciones históricas en las cuales se han originado y se han acrisolado.
Martin Kriele