El estatus jurídico de los animales
«La cosificación de los animales no humanos posibilita que, en general, se les trate como meros objetos, que son utilizados para satisfacer diversos intereses del ser humano.
Esta concepción antropocéntrica pretende justificar la dominación que los seres humanos ejercen sobre el resto de los animales, pretendiendo legitimar y naturalizar la violencia y la crueldad desplegada contra ellos.
El movimiento de defensa animal surgió en la década de los 70 del siglo XX, en los países de habla inglesa, y rápidamente se extendió al resto del mundo.
Este movimiento tiene diversos antecedentes, que abarcan desde la compasión budista hacia todos los seres vivos, el vegetarianismo de Pitágoras, las protestas de Plutarco contra el circo romano, hasta la convicción de San Francisco de Asís de que los animales son nuestros hermanos menores.
Se nutre también de la Ilustración, en las voces de Bentham, Hume, Voltaire o Rousseau, que también protestaron contra la crueldad hacia los animales.
Actualmente, algunos países con legislaciones más modernas han optado por darles a los animales no humanos un estatus jurídico