Es necesario el intentar una nueva exposición comparada que muestre las transformaciones que se producen para la criminalidad en el curos de las modificaciones sociales, una exposición, por lo tanto, que abarque especialmente las modernas formas de la criminalidad como, por ejemplo, los delitos de white-collar y la criminalidad del tráfico de vehículos y que, además, investigue las relaciones entre los diferentes grupos sociales y la criminalidad.
Las voces que exigen este suenan cada vez con más fuerza, no sólo entre nosotros, sino también en el Nuevo Mundo: «Lo que necesitamos es un retorno a los valores espirituales, un retorno a la religión», como decía Drucker, no precisamente en una restauración, sino en un desarrollo ulterior y en una nueva creación de valores y conceptos que abarquen todas las esferas de la vida y, con ello, puedan también constituir la base de un nuevo Derecho penal.