«Manolo Monereo vivió los años de la clandestinidad, en los que uno no podía decirse libremente comunista, y aun así nunca cedió en su empeño por mejorar su patria, sí, su patria. Fue detenido, torturado en comisaría, encarcelado, y cada vez que regresaba a la calle continuaba con su labor política. Vivió los años de la Transición, las decisiones de Santiago Carrillo, su partido, el Partido Comunista de España, que en el fondo nunca podrá abandonar, lo despreció, participó en la construcción de Izquierda Unida, caminó junto a Julio Anguita en los años en los que este quiso que la coalición dejara de ser muleta del psoe para ganar por la izquierda, asistió en primera persona al ideario y construcción de Podemos… Manolo Monereo perdió no una, sino muchas batallas, pero siempre volvió a levantarse. Es posible pensar que Manolo Monereo siempre ha sido un idealista, que siempre apostó por aquello que finalmente no ganaba y, sin embargo, el tiempo parece ahora darle la razón».
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