2ª Edición, Octubre 2012
Editorial COMARES
SINOPSIS
En el mundo de los hombre todo pudo hacer sido de otra manera. Los fenómenos y procesos históricos pueden dar la impresión de que se impusieron de forma necesaria. Pero no es así. La cultura occidental, que ahora expande fuertemente su influencia bajo la forma de la globalización, no es fruto del azar ni de la necesidad. En su génesis actuaron factores determinados, los cuales dejaron una improtan estructural preservada hasta nuestros días.
La identidad de Occidente depende de la conservación y perfeccionamiento de estos elementos fundacionales. Cada generación debe tomar conciencia de estas raíces y de los valores a ellas asociados. Suele afirmarse- acertadamente- que nuestras sociedades son el fruto de tres tipos históricos: el profeta hebrero, el filósofo griero y el jurista romano.
Este libro se ocupa de desvelar las claves históricas fundamentales del derecho romano. Lo hace desde al convicción arriba apuntada: el mundo occidental no se concibe sin la aportación romana al mundo del derecho.
Si hablamos con toda naturalidad de participación política, de libertad, de separación entre el poder político y la autoridad religiosa, de estado de derecho o de derechos humanos es poque, entre otras causas, Roma proporcionó una matriz en la que todas esas instituciones encontraron una primera formulación. Haría falta un largo esfuerzo de siglos para perfeccionar y terminar de construir estas categorías esenciales. Pero entre las primeras piedras muchas fueron romanas.