9ª edición, Febrero 2008
Editorial COMARES
SINOPSIS
Estamos habituados a despreciar el valor, el mérito, y aún las dificultades que ofrece la confección de semejantes formularios. Una fórmula nueva abría al comercio jurídico una senda desconocida, quizá hasta entonces vanamente buscada, y bajo la relación práctica prestaba un servicio mucho más importante que el que podemos figurarnos hoy en día. Las dificultades que tenía la confección de un buen formulario no eran las que encontraríamos hoy, el cumplimiento de todos los puntos interesantes, la previsión y el examen de todas las eventualidades posibles, la elección cuidadosa de las expresiones, era otro resultado del carácter propio del derecho antiguo.
Desde luego la necesidad de una redacción correcta en el sentido de la jurisprudencia antigua, ofrece una nueva dificultad que no hago ahora más que indicar, si bien volveré sobre ella más tarde. Importaba a menudo, por medio de una hábil estratagema o por medio de ciertos rodeos, preparar la posibilidad jurídica del acto, encontrando el punto de vista que debía darle libre paso dentro del derecho. En una palabra, existía el arte de la construcción jurídica, que exigía, no sólo el conocimiento completo del derecho, sino además, una gran habilidad y cierta dosis de facultades inventivas.
De IHERING, El espíritu del Derecho romano, ‘Los formularios’.