Derecho a la Paz y Derecho a la Guerra en Francisco de Vitoria
1ª edición, Marzo 2008
Editorial COMARES
SINOPSIS
Son más bien pocos los trabajos que los filósofos del derecho españoles han dedicado a quien se considera el fundador de la doctrina del derecho internacional y de sus fundamentos éticos: Francisco de Vitoria. Por esta razón merece que se de la bienvenida a esta obra de la profesora Angela Aparisi Miralles, que ha sabido sintetizar en breves y certeras páginas el pensamiento filosófico-jurídico del ilustre dominico sobre la guerra y la paz. Pero este estudio no sólo tiene un interés historicista, ya que viene motivado, asimismo, por la necesidad de dar respuesta a los problemas que hoy nos acucian.
En esta tarea de abordar cuestiones actuales la profesora Aparisi ha hecho gala desde hace tiempo de un espíritu inquieto e investigador, como lo demuestran sus múltiples publicaciones, especialmente sobre bioética y sobre deontología de las profesiones jurídicas. Pues bien, el libro que tengo el honor de presentar se plantea una actualización de las tesis de Vitoria desde las coordenadas de la filosofía juridico-política de nuestro tiempo. De ahí que reformule las tesis vitorianas a la luz de la bibliografía actual.
Tras la caída del muro de Berlín en 1989 y el derrumbe de la URSS, asistimos con preocupación a la existencia de un nuevo escenario internacional. Si la división del mundo en dos bloques enfrentados, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, tuvo a la humanidad en vilo, hoy la situación no es mucho mejor. Algunos analistas subrayan que la llamada «guerra fría» generó un alto nivel de seguridad en las relaciones entre los Estados y que al desmoronarse aquel sistema de equilibrio hemos entrado, a comienzos del siglo XXI, en una confrontación mucho más peligrosa. El símbolo de esta última lo constituye el espectacular atentado a las twin towers de Nueva York, que para unos es la causa, y para otros el pretexto, de la guerra de Irak. En este contexto traumático, que para los españoles tomó cuerpo en los atentados de Atocha, en Madrid, el 11 de marzo de 2004, tres días antes de las elecciones generales, no es de extrañar que los ojos de los teóricos se vuelvan hacia los problemas de la guerra y de la paz.
Mucho se habla de esta última, y no hay nadie que la rechace. Pero sucede con ella como con todas las grandes palabras que expresan ideales. ¿Es la paz mera ausencia de violencia física o precisa también del respeto de los derechos humanos? ¿Hay que proscribir toda guerra por tener en nuestro tiempo una capacidad aniquiladora como antes no se ha conocido o, por el contrario, hay que admitir la teoría clásica de la guerra justa? Y si sucede que en todo caso las guerras siguen existiendo, ¿no habrá que regularlas por el derecho imponiendo oportunos límites? Aunque hoy la técnica bélica no sea comparable a la del siglo XVI, no conviene echar en saco roto las ideas del humanismo cristiano que elaboraron autores como Erasmo de Rotterdam y Francisco de Vitoria. Desde la obra de James Brown Scott y de Alfred von Verdross, dos extranjeros que se han acercado a los comienzos del derecho internacional con actitud objetiva, ya no se puede dudar del valor fundante y luminoso de la obra de Vitoria.