1ª Edición, Diciembre 2007
Editorial COMARES
SINOPSIS
El presente trabajo versiona una Tesis Doctoral realizada en el Departamento de Sociología de la Universidad de Granada entre 2000 y 2003. La principal motivación que me llevó a analizar la cultura de empresa de Maersk era ampliar el campo de los estudios de caso de una rama de la sociología que realmente me apasionaba y en la que he seguido trabajando hasta la actualidad.
No obstante, tuve la fortuna de conectar con la empresa en condiciones favorables, ya que durante el periodo de trabajo, yo mismo me encargaba de coordinar las prácticas de empresa de los alumnos universitarios del Campo de Gibraltar en la filial de la multinacional danesa en Algeciras. Para los sociólogos u otros científicos sociales resulta francamente difícil romper la maraña de obstáculos que nos permita indagar en la vida diaria de una organización multinacional. Por lo tanto, quiero expresar a los directivos y trabajadores de la terminal algecireña mi más profundo agradecimiento por las horas dedicadas y compartidas.
El interés científico por las organizaciones lleva algo más de un siglo instalado en el seno de la sociología. El frenético desarrollo de la sociedad industrial generó el posterior desarrollo de las primeras grandes organizaciones al margen de los estados y la religión. La rama de la sociología de las organizaciones se ha interesado en profundizar en la compleja naturaleza que encierran las organizaciones, protagonistas del nuevo orden económico y social. Nuestra investigación sobre la cultura organizacional de la multinacional danesa Maersk, integrada en el grupo A.P. Möller, viene precedida por una larga historia de inquietudes que ha protagonizado la humanidad, y que recogió y testificó la ciencia social. Dentro del ámbito de la sociología de las organizaciones, los estudios de cultura de empresa han abierto un interesante campo desde la década de los 80.
El fenómeno se debe, entre otros factores, al enorme éxito de la organización japonesa desde mediados del siglo XX. En los difíciles tiempos que corrían, los nipones habían solapado capitalismo y feudalismo en estructuras basadas en culturas grupales muy sólidas y disciplinadas.
A partir de entonces, en occidente se empezó a confiar en la posibilidad de dirigir grandes compañías con el respaldo de un conocimiento más íntimo de su cultura que permitiera la posible reconstrucción de sistemas en crisis.
