1ª Edición, Enero 2007
Editorial COMARES
SINOPSIS
En 1974 publiqué una cronología de la estancia física de los Libros Plúmbeos como apoyo historiográfico para los futuros estudios sobre estos curiosos escritos, que ya, por fin, constituyen un tema de interés para muchos estudiosos.
Con la devolución de los originales a Granada, en 2000, se cierra el último período del rocambolesco periplo de los últimos documentos, de una extensión considerable, redactados en lengua árabe en la península Ibérica. Habían permanecido en Roma desde 1642 donde, tras un fallido intento de conseguir su devolución en los años setenta, siendo presidente del Cabildo Sacromontano José Martín Palma, con mi modesta aportación de datos científicos al Vaticano para su localización, parecían haber desaparecido para siempre.
Afortunadamente, otras gestiones posteriores han tenido más éxito y ya se encuentran «en casa».
El interés por estos «libros» no es puramente científico ya que hoy día se consideran como posible símbolo de la convivencia cultural de que Granada siempre ha hecho gala. Tal es su poder de sugestión que incluso han sido la inspiración de dos relatos en forma de novela.
No es para menos. Treinta años después de mis primeras publicaciones sobre los Libros Plúmbeos, éstos siguen desbordando mi curiosidad, sigo reflexionando sobre su verdadera significación y génesis para rematar eficazmente esta línea de investigación.
Sin perjuicio de lo ya publicado, quisiera apostillar las consideraciones siguientes como nueva aportación al estudio de los «plomos», puesto que, con todo respeto, creo que este enfoque nos pondrá en el buen camino para comprender las circunstancias históricas de su redacción, o, al menos, en otro buen camino.
El papel socio-político desempeñado por los Libros Plúmbeos ha sido generalmente asociado, con más o menos acierto, con el deseo por parte de algunos moriscos de Granada, y, probablemente, de algunos cristianos viejos también, por salvaguardar no sólo la permanencia física, sino la identidad cultural de aquéllos dentro de la sociedad española de los Austria del siglo XVII.
Las razones de los moriscos por perseguir estos objetivos son obvias, por parte de los cristianos viejos son más oscuras. Sin embargo, los intereses económicos bien podrían tener mucho que ver en su empeño por mantener mano de obra barata y calificada, pues los repobladores no estaban dotados de los conocimientos adecuados como para mantener ni la infraestructura agrícola ni la industria de la seda, tan importantes para la economía de Granada.