Los avances tecnológicos basados en el amplio campo de las Ciencias Físicas, están introduciendo cambios espectaculares en la investigación de la escena del crimen. Probablemente, en las dos últimas décadas se han introducido tanta cantidad de nuevas técnicas y mejoras en los métodos, como las que se aportaron en los últimos cien años. Estas técnicas han cambiado de formas radical la investigación del crimen, ya que, aunque el trabajo investigador que depende de la policía sigue siendo muy importante, los Tribunales confían cada vez más en las habilidades del científico forense para que proporcione evidencias físicas objetivas e irrefutables.
Aunque se tiende a considerar al ADN como el más significativo de estos avances, la realidad es que se trata tan sólo de una parte ?muy importante? de la contribución global de las Ciencias Forenses.
Actualmente se disponen de nuevos métodos de análisis y de detección de evidencias, así como mejoras en las técnicas de tratamiento de imágenes que pueden ser aplicadas sobre gran variedad de muestras. Estos métodos y técnicas están aumentando el valor de todos los tipos de evidencias, desde las huellas dactilares y las impresiones de calzado, hasta las muestras toxicológicas y las procedentes de explosiones.
La utilidad práctica de estas técnicas depende en gran medida del desarrollo de técnicas informáticas, nuevos hardware y software que hacen posible diseñar, y actualizar bases de datos extensas y complejas, con las que se puede ejecutar búsquedas muy rápidamente. Por otra parte, la legislación también esta cambiando para permitir la aplicación de más tipos de identificadores biométricos sobre las personas.
La intervención de distintas ciencias forenses en la investigación de la escena del crimen, hace esencial una planificación y una sistemática de trabajo conjunta entre los diferentes expertos. Es posible que los médicos forenses, los expertos en huellas, en armas de fuego, en materiales, los odontólogos, entomólogos y muchos otros especialistas tengan un papel clave en casos particulares. Es de vital importancia que la recogida de muestras por parte de uno de estos especialistas, no comprometa las posibilidades de los otros para extraer la máxima cantidad de información.
Un buen ejemplo para ilustrar este potencial conflicto sería el que se puede dar entre biólogos o expertos en explosivos y los investigadores de huellas dactilares. Mientras que los primeros deben buscar muestras de ADN o de material explosivo sobre superficies, los segundos necesitan revelar huellas en esa misma superficie.
El nivel y la forma en que los métodos más sofisticados de investigación se pongan en práctica, va a depender de las características de cada caso. La Ciencia Forense, utilizada adecuadamente, puede aportar una contribución efectiva en casi todos los tipos de casos criminales, desde el hurto de vehículos y el robo con allanamiento, hasta los que implican rapto, asesinato o atentados terroristas a gran escala.
El conocimiento de los procedimientos, secuencias y protocolos en la investigación criminal es, por supuesto, esencial para los investigadores que trabajan en la escena del crimen. Sin embargo es también importante que otros profesionales relacionados con la justicia tengan conocimientos sobre la contribución, el valor y también las desventajas y limitaciones, de los diferentes tipos de evidencias.
El aumento en la sensibilidad de los métodos de análisis, tanto químicos como biológicos, aumenta la posibilidad de que se detecten problemas de contaminación por transferencia secundaria o terciaria en las muestras relacionadas con un caso criminal. Esta es una de las razones para que los especialistas que trabajan en la escena del crimen, así como otros profesionales relacionados con la investigación criminal, reciban una información actualizada así como con cursos de reciclaje. Asimismo es importante que los manuales, libros de referencia y la demás documentación de la que se dispone, esté puesta al día y se den a conocer las aportaciones más recientes de forma regular. No se puede confiar hoy en la información con la que se trabajaba veinte, diez o cinco años atrás.
Por lo anteriormente expuesto elogio a los autores de este libro que proporciona una valiosa contribución a la bibliografía actual sobre la investigación en la escena del crimen.