El tejido empresarial español, constituido casi en su totalidad (99,87%) por Pymes de las cuales cerca de tres millones (93,94%) son microempresas con menos de 9 trabajadores, está obligado a la aplicación de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, instrumento legal para atajar uno de los males endémicos del país, la alta siniestralidad laboral.
No podemos olvidar que la gran mayoría de accidentes de trabajo son evitables, si bien, son el resultado de la ausencia de unas prácticas preventivas conocidas y aplicables. Son los empresarios los obligados legalmente a ponerlas en marcha, con la participación de los trabajadores y sus representantes, de otro modo resultaría imposible.
Minimizar o eliminar cada uno de los riesgos para la salud, derivados de la actividad laboral, desde los locales e instalaciones, a la maquinaria, las sustancias, las posturas, el ambiente de trabajo, las caídas, la contaminación química o biológica, el estrés, la insatisfacción. Requiere desenvolverse con cierta soltura en situaciones muy diversas sin paralizarse ante la posible complejidad de las mismas.
El autor desde la doble perspectiva de su experiencia, como gestor en diversos sectores industriales y simultánea como docente, pretende con este trabajo contribuir a facilitar la comprensión de los fundamentos de la acción preventiva, de modo tal, que el propio empresario o el trabajador designado adquieran los conocimientos básicos y dispongan de los procedimientos para la adopción de medidas eficaces.
En definitiva el presente manual no es más que una herramienta, de la cultura preventiva, que sólo resultará útil a través del oportuno manejo por el lector