Siendo una actividad que se lleva a cabo desde tiempo inmemorial, la acuicultura comenzó su desarrollo como industria en la segunda mitad del siglo XX con un prometedor futuro impulsado por el continuo declive de la producción procedente de la pesca extractiva. Las ventajas competitivas en términos de control de la producción y costes favorecieron el impulso de la acuicultura y su rápida penetración en los mercados mundiales de productos pesqueros, en los que hoy acumula casi el 50 por 100 de las especies comercializadas. Pero un avance semejante no puede estar exento de obstáculos.
La acuicultura constituye hoy una fuente indiscutible de riqueza y un pilar de la seguridad alimentaria en muchas regiones del mundo, y en especial en los países en desarrollo. El sostenimiento de esta capacidad depende en gran medida de la manera en que se exploten estos recursos, y la posición de las especies de cultivo en los mercados juega un papel determinante en la definición de las estrategias de producción, no sólo de la acuicultura sino de la pesca en general. En esta obra se abordan algunas de las claves de los éxitos y fracasos comerciales más recientes de las industrias acuícolas en el marco de una economía globalizada, con el objeto de aportar una reflexión acerca de las claves del presente de la industria y los retos a los que habrá de enfrentarse en el futuro.