Constitución Viviente
El derecho constitucional norteamericano aparenta encontrarse estancado en una serie de debates de posturas antagónicas. Están por un lado quienes adorando las firmes estatuas del pasado, se aferran al diseño propuesto por los constituyentes originarios y, por otra, quienes consideran que los compromisos actuales de un pueblo se hacen únicamente a través del camino del common law y que el planteamiento originalista es completamente desechable. En este trabaio, el doctor Ackerman aborda dicho conflicto con la maestría que le caracteriza. Apunta con objetividad los importantes logros del pasado y la necesidad que existe de resaltar su respectiva vigencia, a la vez que dignifica las palabras de los norteamericanos que no han sido expresadas en los caminos constitucionales expresamente previstos. Es en la unión de estas ideas como considera se podrá crear un lenguaje constitucional que refleje la idea de «Nosotros, el pueblo» de una manera completamente veraz.
Traducción e introducción de Carlos Mª Enrigue. El derecho constitucional norteamericano aparenta encontrarse estancado en una serie de debates de posturas antagónicas. Están por un lado quienes –adorando las firmes estatuas del pasado–, se aferran al diseño propuesto por los constituyentes originarios y, por otra, quienes consideran que los compromisos actuales de un pueblo se hacen únicamente a través del camino del common law y que el planteamiento originalista es completamente desechable. En este trabajo, el doctor Ackerman aborda dicho conflicto con la maestría que le caracteriza. Apunta con objetividad los importantes logros del pasado y la necesidad que existe de resaltar su respectiva vigencia, a la vez que dignifica las palabras de los norteamericanos que no han sido expresadas en los caminos constitucionales expresamente previstos. Es en la unión de estas ideas como considera se podrá crear un lenguaje constitucional que refleje la idea de «Nosotros, el pueblo» de una manera completamente veraz.