La obra de William Coxe ha gozado y goza de gran predicamento entre los estudiosos, tanto por su contenido en sí, como por el tono en que está concebida y redactada. Su minuciosidad y extensión -desde la muerte de Carlos II hasta la de Carlos III- la convierten en una fuente de información muy singular y rica, basada en una voluminosa documentación. Publicada en 1813, las primeras ediciones españolas no llegan hasta las décadas de los años treinta y cuarenta del siglo XIX y desde entonces ha sido de consulta obligada para cuantos emprenden el estudio del siglo XVIII.
En ella el lector va a encontrar un magnífico ejemplo de la historiografía de la época, pues responde fielmente a las características imperantes entonces en la producción historiográfica. Concebida con un criterio expositivo cronológico, Coxe concibe los acontecimientos políticos como los fundamentales del proceso histórico, lo que hace de estas páginas un colorista y vivo relato en el que el protagonismo corre a cargo, sobre todo, de las personas importantes (reyes, ministros…), pero no faltan referencias a los demás componentes del acontecer histórico que complementan un retrato de la historia de España en el siglo XVIII de mucho interés.
Su edición en estos momentos es un indudable acierto, pues aparece cuando el eco de las conmemoraciones de los centenarios de Carlos III y Felipe V, sobre todo, ya se ha serenado y depurado el bagaje bibliográfico que suscitaron. Un bagaje en el que el libro de Coxe conserva un puesto destacado y no desmerece lo más mínimo.