Propiedad y Derecho Internacional

Una de las principales características de la sociedad actual es la proliferación de las relaciones privadas internacionales. En efecto, fenómenos como los avances tecnológicos en los transportes y las telecomunicaciones, los procesos de integración política y económica regional o la progresiva liberalización del comercio internacional a través de la acción de la OMC han contribuido a la llamada «globalización», que está dando lugar a un flujo internacional de personas, bienes, servicios y capitales con una intensidad nunca conocida hasta nuestros días, y que todo hace suponer que va a seguir creciendo en el futuro. Esta realidad es especialmente patente en España. Hace unas pocas décadas nuestro país estaba sumido en una triste autarquía. Sin embargo, la liberalización económica comenzada en los años sesenta del Siglo pasado, el advenimiento de la democracia con la aprobación de la Constitución de 1978 y nuestro ingreso en la Comunidad Europea han configurado un marco jurídico y económico en el que la sociedad española se ha internacionalizado intensamente. No se puede entender a la España actual sin realidades como el turismo de masas, la importantísima inversión extranjera inmobiliaria o la reciente recepción de un notable número de inmigrantes procedentes de fuera de nuestras fronteras.