Un sector importante de la legislación de las modernas democracias constitucionales parece estar orientado a proteger a los ciudadanos de sí mismos. Esta finalidad fue calificada por H.L.A. Hart como paternalismo jurídico, una política, en su opinión, perfectamente coherente, dado el abandono de los ideales de laissez faire por parte del liberalismo político. Sin embargo, la compatibilidad entre liberalismo y paternalismo es cuestionada recurrentemente.
Pensemos en las leyes que hacen obligatorio el cinturón de seguridad en los coches o el casco en las motocicletas, en las prohibiciones del consumo o tráfico de drogas orientadas a evitar daños a los propios consumidores, en las normas que restringen el consumo de tabaco para evitar daños a los fumadores, en la prohibición de la práctica de la eutanasia en razón de que no es esa la mejor manera de proteger los intereses de los enfermos terminales, en las limitaciones a la capacidad de obrar de los menores por su propio bien, en la imposición de un límite en la jornada de trabajo o un salario mínimo por el bien de los trabajadores, etc.
En esta obra se tratan sistemáticamente los problemas conceptuales y de justificación que plantea el paternalismo jurídico. El lector encontrará en ella un estudio detallado de los autores más relevantes sobre el tema y una propuesta teórica sobre el paternalismo jurídico dirigida a mostrar en qué casos está justificado y en qué casos no.