El Duende, en que que ilumina el ingenio, fuente de luz que aclara la mirada, esta vez guía el sentimiento del autor hacia un imaginario lugar donde se define en la propia conjunción del fondo y la forma buscando siempre el equilibiro.
Comenta el duente…
Influenciado por la crisis,
en tierra de nadie,
quedose enclaustrado el arte
y, por alcanzar la mayor
no teniendo color en su palesta,
escupió el verso
dando color a la letra,
pintaba la escritura,
haciéndose poeta.