Con marcado tinte humorístico, irónico, desenfadado, incluso excesivo en algunas narraciones, y otras en las que el autor dibuja sensaciones más intimistas, reflexivas, emotivas, o abiertamente tristes, Relatos del poder pequeño es un ordenado mosaico en el que el autor refleja una enorme varidad de las caracaterísticas (para lo bueno, para lo malo, o para ese lugar intermedio que habita entre los extremos) que, propias del ser humano individuo y como ente social, nos conforman como especie y nos implelen a pensar, sentir y actuar de las maneras en que lo hacemos: fuerzas esencialmente menores, mas indeleblemente intrísecas al hombre, que supeditan (ya interna, ya exógenamente) nuestra condición de presos y esclavos de nosotros mismos, y de los que no queremos o no sabemos prencindir, gobernando así aquéllas nuestro paso cotidiano por el mundo en que nos ha tocado vivir.
Todo ello basado no sólo en el contenido en sí de cada relato, sino también, y sobre todo, en el lenguaje, el estilo, el tono, la forma que ha de someterse a aquél.
