Ruido
Capas y jirones de piel desgarrados y arrojados al espejo de las páginas de Ruido para mostrarnos entrañas de seres que se preñan de las debilidades, inseguridades y carencias de otros tantos. Pedro, Horacio, y miles como ellos, por diferentes razones, necesitan para erguirse, pisar los cuellos, lomos, sueños de Palma, Paola, y miles como ellas. Ruido es duro, porque narra torturas cotidianas, aunque no las veamos o no las queramos ver, y Ruido es divertido, aunque escueza, porque ridiculiza y caricaturiza monstruos. Ojalá un día el ruido se apague, y sólo quede la risa de cosquillas de palabras que acarician.