La nueva tendencia del urbanismo sostenible hacia un modelo de ciudad compacta genera la necesidad de intervenir en la ciudad consolidada para buscar una ocupación eficiente del suelo, de forma que esté suficientemente dotado de infraestructuras, equipamientos y servicios sin perder la funcionalidad y adecuada combinación de los usos previstos por el planeamiento, y con ello limitar la expansión urbana a favor de la sostenibilidad territorial.
En este marco, la figura de los complejos inmobiliarios aparece como una herramienta clave con una triple faceta urbanística, civil y arquitectónica: técnica de ordenación urbanística, régimen especial de organización de la propiedad y tipología edificatoria respectivamente. En la modalidad privada pueden constituir un uso pormenorizado del planeamiento. En la modalidad de complejos urbanísticos permiten planificar tridimensionalmente para dar solución a la denominada extensión vertical del dominio y a la coexistencia de usos privados y públicos, a través de la técnica de zonificación por niveles o calificaciones urbanísticas superpuestas por planos. Se analiza también en profundidad el acceso de estas figuras al Registro