Los cinco desastres son cinco personajes extraños: uno está todo agujereado, otro está plegado en dos, como una carta lista para enviar, el tercero es blandito, siempre medio dormido. El cuarto está del revés, tanto que para mirarlo a la cara te tienes que poner patas arriba. Y mejor ni hablar del quinto, un estropicio de la cabeza a los pies.
Viven todos juntos en una casa destartalada en la que no hacen nada de nada… Hasta que un día, caído del cielo, llega él: un tipo sensacional.
Un libro brillante, ligero, amable y cercano, lleno de imperfecciones, un libro para ser perfectamente felices.