La presencia en el universo de miles de millones de galaxias y, probablemente, de billones de planetas, abre la puerta a la existencia de sistemas solares similares al nuestro, que podrían albergar vida o, incluso, inteligencia. La posibilidad de que existan otras civilizaciones en el universo es una cuestión que no solo ha sido abordada por autores de ciencia-ficción, sino también por científicos de primer nivel. Uno de ellos, el físico italiano Enrico Fermi, planteó hace más de medio siglo su célebre paradoja que se podría actualizar de esta manera: si el universo, o al menos nuestra galaxia, fuera abundante en otras civilizaciones, ¿por qué entonces nadie ha entrado en contacto con nosotros todavía, ni siquiera mediante sondas espaciales robotizadas como las que enviamos a otros planetas del sistema solar y más allá?
La razón pudiera ser que para el desarrollo de una civilización no solo hicieran falta planetas similares al nuestro, sino que contaran con satélites similares a nuestra Luna.
Apoyándose en sólidas evidencias experimentales y datos científicos contrastados, el autor describe por qué la Tierra, la Luna y nuestro sistema solar constituyen una verdadera rareza dentro del universo, razona por qué no es probable que pueda existir vida basada en una química diferente a la del carbono o ajena a la dicotomía agua-no agua que presenta la Tierra, explora la influencia de la Luna en la aparición y evolución de la vida inteligente en nuestro planeta, y considera por qué, a pesar de los billones de planetas existentes, a efectos prácticos, es muy posible que estemos solos en el universo.