La muerte, fundamentalmente, plantea un problema a los seres humanos, vivos, cuando la padece alguien próximo y no representa una cotidianeidad. Esta es la afirmación que da origen al libro. Desde la misma introducción se deja ver la incapacidad de los seres humanos para entender su mortalidad.
La persona no puede vivir su muerte, la padece. No puede vivir su muerte, porque para vivir un acontecimiento hay que ser, hay que estar y cuando uno muere deja de ser y por lo tanto deja de estar. Se puede ser consciente y protagonista de que se va a morir, pero no se puede ser consciente de que se ha muerto. Cuando se muere no se es y lo que está, lo que queda es su cadáver, el recuerdo de lo que fue. ¿Para qué sirve la muerte?