El Código Concursal de la Empresa es el marco legal que regula los procedimientos de insolvencia empresarial, garantizando una gestión ordenada de las crisis económicas que puedan afectar a las compañías. Su objetivo principal es equilibrar los intereses de los acreedores y deudores, promoviendo la continuidad de las empresas viables y la liquidación ordenada de aquellas que no pueden sostenerse.
Este código establece diferentes mecanismos para afrontar la insolvencia. Entre ellos, destaca el concurso preventivo, que permite a las empresas en dificultades negociar acuerdos con sus acreedores para evitar la quiebra. En casos más graves, se activa el concurso de acreedores, que puede derivar en la reestructuración o en la liquidación de la empresa.
El proceso concursal se divide en varias fases:
- Declaración de insolvencia: La empresa o sus acreedores pueden solicitar el concurso si se demuestra la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones.
- Administración concursal: Se nombra un administrador que supervisa la gestión de la empresa y protege los intereses de los acreedores.
- Fase de convenio o liquidación: Si es posible, se acuerda un plan de pagos o reestructuración. Si no, se procede a la liquidación de los activos para pagar a los acreedores según el orden de prelación legal.
- Conclusión del concurso: La empresa puede salir del proceso rehabilitada o, en caso de liquidación, se extingue legalmente.
El Código Concursal busca evitar fraudes, proteger empleos y fomentar la recuperación de empresas en crisis. Su correcta aplicación es clave para la estabilidad económica y financiera de un país, pues permite que las empresas viables se reorganicen y continúen operando, contribuyendo al desarrollo económico.
Código Concursal de la Empresa