1ª edición, febrero 2008
Editorial Laetoli
Los «investigadores» de ovnis han tenido predilección siempre por las palabras rimbombantes, así que los estadounidenses empezaron por apropiarse de un término legal anglosajón para darle a la cuestión un mayor empaque, y más tarde sus imitadores de lengua castellana pronto desecharon la traducción correcta: secuestro. Porque de eso se trata cuando hablamos de abducidos, de personas supuestamente secuestradas a bordo de ovnis y a las que, según ellas, sus captores dejan en libertad tras someterlas a diversas pruebas y exámenes.
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