Este libro recoge siete trabajos, fruto de un proyecto de investigación ministerial que analiza las consecuencias de la integración de territorios en nuevas entidades políticas. Se centra en Navarra, estudiando algunas instituciones que, en los casos de la Corte Mayor o el Consejo Real de Navarra, reflejan los intentos de castellanización de la administración navarra. Sin embargo, en otros casos, como el del agente navarro en Madrid, su objetivo fue la defensa de las peculiaridades del reino.
Hubo élites, como los Lizarazu, que lucharon por adaptarse a las nuevas circunstancias, buscando su lugar en la Monarquía. A su vez, también la Monarquía intervino en Navarra, en ocasiones no tanto por un interés político sino buscando recursos extraordinarios en el plano económico a través a través de las comisiones especiales.
También la abogacía tuvo un papel relevante en la defensa de las peculiaridades navarras, que se mantendrán bien entrado el fenómeno constitucional, de corte uniformista.
Todas estas cuestiones se abordan en este libro, que ofrece los resultados del trabajo de investigación de sus autores, que continúa y que pretende abrir nuevas líneas de investigación en relación con los procesos de integración.