Los nuevos aires que se respiran en La Habana no parecen afectar a Juan del Monte Jonava. A sus casi sesenta años, sigue cantando en el café Buena Vista como lleva haciendo desde hace décadas: levantando la pasión del público con su voz. Por algo se le conoce como Don Fuego. Pero los tiempos están cambiando, más deprisa de lo que cree. La privatización del Buena Vista le deja en la calle. Don Fuego piensa que, dada su reputación, alguien le contratará, pero las oportunidades no surgen y poco a poco la nube en la que vivía se va disipando. Tendrá que enfrentarse con la realidad de las calles de La Habana, donde las angustias y las frustraciones se agolpan y acatan en silencio.
El encuentro con Mayensi, una joven enigmática e inestable, de una belleza sin igual, recién llegada a La Habana en busca de empleo, dará a un vuelco a su existencia. La vitalidad y la pasión que creyó perdidas vuelven con toda su intensidad. Pero la extraña actitud de Mayensi puede enturbiarlo todo, hacer que la felicidad recuperada sea solo un paréntesis.
Con la música cubana de fondo y el cadente sonido de las olas, Yasmina Khadra nos adentra en el país de los contrastes y los sueños sin cumplir, para hacer un canto a los destinos contrariados por la fortuna. Una reflexión nostálgica, con un notable tono irónico, sobre la juventud perdida sin percatarse de que el tiempo pasa, mientras se sigue creyendo en un mañana mejor cuando «Dios no vive en La Habana».