1ª Edición 2014
Editorial Dykinson
Formato Libro
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Librería 91.5213004
SINOPSIS
El presente texto pretende refexionar sobre la evolución reciente de la Política criminal desde una mirada atenta a transformaciones básicas que se han verificado en los campos económico, social política y cultural en las últimas décadas.
En este sentido, el libro se preocupa especialmente por analizar tendencias que presentan como principal denominador común la progresiva emergencia de una racionalidad de gobierno en el ámbito punitivo, esto es, de gestión y eficiencia de las políticas penales. Se trata de una cuestión que ha sido profusamente debatida en relación con la Dogmática jurídico-penal, pero que seguramente puede ser reconsiderado en un marco analítico más amplio.
No obstante, el texto evita considerar el objeto de estudio como un espacio liso. En efecto, si bien las racionalidades gerenciales parecen tener su momento de auge en los últimos lustros del s. XX, diversos fenómenos manifestados desde el inicio de la siguiente centuria generan contextos más híbridos en las políticas penales.
En primer lugar, el sistema penal no ha resultado inmune a los efectos de la guerra contra el terrorismo que ha protagonizado el devenir global durante buena parte de la primera década del siglo. Ese ha sido el tiempo de auge de las formas bélicas y excluyentes de control policial y punitivo.
En segundo lugar, en los años transcurridos del s. XXI otro gran evento ha venido a poner término a esa etapa: la Gran Recesión. Se trata de un acontecimiento que ha venido infuyendo de forma notable sobre la evolución del sistema penal, ya que, entre otras cuestiones, ha obligado a asumir que también las políticas penales están sometidas a la ley de los recursos escasos.
En suma, el sistema penal está hoy sometido a las exigencias de una racionalidad de gobierno y gestión. Sin embargo, es quimérico imaginar que la Política criminal puede regirse exclusivamente por esa semántica racionalista de gobierno y gestión, aunque solo sea porque en su devenir siempre han influido, de forma nuclear, elementos simbólicos y culturales.
Por ello, un análisis de la Política criminal actual ha de renunciar a cualquier pretensión de unidimensionalidad. Si algo caracteriza la Política criminal del presente es su radical complejidad, pues en ella conviven tendencias hetereogéneas, que frecuentemente producen tensiones evidente. La reflexión de este texto se enmarca en la absoluta consciencia de esa complejidad.