El riesgo regulatorio parece haberse convertido en un mal endémico en el sector de la energía en este país. Desgraciadamente, sus consecuencias, son sufridas de forma asimétrica por los distintos operadores, incluidos los consumidores, siendo devastadoras cuanto más pequeños son los sujetos partícipes del mismo, por no poder desplazar verticalmente los destrozos que la inseguridad jurídica provoca.
En la presente obra se analiza, desde una perspectiva netamente jurídica, las líneas que habrán de ser aplicadas para eludir las nefastas consecuencias de tan constante «cascada legislativa» que impide inversiones y desarrollos tecnológicos estables destrozando la fiabilidad de la confianza del propio país. La «no petrificación» de las normas no puede ser ilimitada, pues todo el mundo entiende que cambios normativos diarios provocarían una debacle histórica en nuestras instituciones, pero, ¿dónde está ese límite? El análisis de esa pregunta forma parte del origen de la presente monografía.
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