La libertad de conciencia es el derecho fundamental de los ciudadanos a formar, tener y expresar ideas, creencias u opiniones y a comportarse de acuerdo con ellas. Proteger y promover la libertad de conciencia es una regla básica que obliga a los poderes públicos en una sociedad democrática. La laicidad, por su parte, es un principio organizativo del Estado de Derecho que se concreta en la separación entre Estado y religión y en la imparcialidad de los poderes públicos frente a ideas y creencias.
Los estudios incluidos en esta obra se sitúan en la confluencia de ambas perspectivas. Con unos puntos partida comunes, analizan los problemas fundamentales que plantea la presencia de la religión en el espacio público y que requieren una atenta revisión: el planteamiento constitucional, el sistema de pactos confesionales, el modelo educativo, ciertos alcances de la libertad de conciencia, las políticas públicas para la gestión del hecho religioso, la posición de los poderes locales frente al fenómeno religioso, las dimensiones de la diversidad cultural, las implicaciones de la simbología religiosa y algunos aspectos históricos relevantes.