1ª Edición, Mayo 2015
Editorial COMARES
SINOPSIS
Cuando nos adentramos en el siglo XXI, en el panorama cambiante de la edición y de los libros, es necesario introducir esta nota sobre la edición de la presente obra. En la era de las nuevas tecnologías, la publicación de libros tiene que tener una razón de ser, un motivo que la justifique, y más si se trata de obras que, como la de José Surroca, alcanza más de un siglo de edad. En este caso, el interés de Granada y sus costumbres radica no sólo en el contenido, origen último de cualquier publicación, sino también en la necesidad de ofrecer al lector un producto original y valioso: un volumen en el que, entre sus páginas, encuentre un placer y un momento que se hace difícil hallar en un soporte informático, en un lector de libro electrónico o en la pantalla de un ordenador.
Por todo ello ponemos en valor la obra de Surroca precediéndola de un estudio preliminar que fije, no sólo al autor y a su texto, sino a la Granada de entonces. La de la Granada que se deja ver en la obra- pero también la que no se deja ver, se oculta o se desprecia.
Después, reproducimos la obra al completo. No es un facsímil. Pero tampoco un texto maquetado desde el siglo XXI. Respetamos la apariencia del estilo editorial de comienzos del siglo XX. También las peculiaridades de la tipografía usada entonces. Y también signos, fragmentos o frases que hoy parecerían innecesarios: los puntos al final de los títulos, epígrafes y firmas, la dirección de la imprenta donde el volumen original se estampó, ya desaparecida.
Respetamos también el empleo de términos que hoy escribimos de otra forma («Sacro-monte» en lugar de «Sacromonte», resaltando el componente católico y milagroso del monte de Valparaíso), o el uso de palabras con una ortografía que ha cambiado («parage» en lugar de «paraje»).
Además, hemos dejado intacta la forma de puntuar del autor, con esas comas por doquier, empleadas constantemente, que dan como resultado un ritmo más lento, pausado, reflejo de una vida donde el tiempo fluía a otra velocidad.
Como colofón a la publicación, añadimos algunas fotografías de la ciudad de Granada a comienzos del 1900. En ellas se deja ver una urbe que, lentamente, se modernizaba y aumentaba su población, con calles y plazas donde, también, asoman las sombras de esos «tipos granadinos» que deambulaban por una ciudad que ya no existe.