Arquitectos y Maestros de Obra en la Alhambra (S. XVI-XVIII). Artífices de Cantería, Albañilería, Yesería y Forja
La Alhambra ha sido objeto de múltiples miradas a lo largo de la historia. Desde el siglo XVIII la mayoría de los estudios sobre el monumento se centraron en la época nazarí y en el legado artístico hispanomusulmán. El fervor orientalista y el interés por lo exótico incentivaron a un buen número de viajeros a visitar la Alhambra y a relatar su experiencia alentando así aún más el interés por el monumento y el legado islámico.
En la Edad Moderna, sin embargo, la Alhambra fue apreciada fundamentalmente como símbolo de la unidad política, cultural y religiosa conseguida por la Monarquía después de la conquista de 1492.
Las investigaciones centradas en este período histórico irremediablemente han de ser testigo de este nuevo rol simbólico asignado a la Alhambra, que de algún modo se pone de manifiesto también en el programa de obras reales llevado a cabo en la ciudad palatina desde el reinado de los Reyes Católicos hasta el siglo XVIII.
El carácter palatino y militar del recinto determinó la singularidad de la Alhambra como centro del poder político del reino nazarí y posteriormente en época cristiana, incluso cuando la Corte solo residiera ocasionalmente en la ciudadela. Su estatus como Sitio Real, bajo la tutela del conde de Tendilla como alcaide, posibilitó una serie de intervenciones en los palacios y en el recinto fortificado promovidos por la Corona y bajo la supervisión de la Junta de Obras y Bosques, que mantuvieron con vida las casas reales pese a estar tan apartadas de la Corte y de los intereses de los reyes. Por otro lado, al ser sede de la Capitanía General del reino de Granada la ciudadela ofrecía cierta utilidad militar que justificaba la inversión en el mantenimiento de los inmuebles que la conformaban.
La decisión de construir un nuevo palacio real adoptada por el emperador Carlos V dio aún mayor relieve a este Sitio Real y puso en marcha una maquinaria que mantuvo económicamente a la fortaleza y a buena parte de sus moradores durante siglos. Numerosos operarios de la construcción encontraron oportunidades de trabajo en las obras de la Alhambra y gracias a ello pudieron subsistir con sus familias, compaginando muchas veces su labor como trabajadores de las obras reales y como soldados.