En 1935, se inauguró el edificio Capitol en la plaza del Callao de Madrid, llamado popularmente por el nombre de su propietario, Enrique Carrión, dueño de una fábrica de tabacos en Manila. En 1936, mientras concluía en Madrid el primer vuelo a larga distancia pilotado por filipinos, el llamado Arnacal, en Manila se presentaba la primera película producida íntegramente en español, Hágase tu voluntad. No fueron hechos aislados.
El edificio Capitol es uno de los muchos ejemplos del dinero amasado en Filipinas e invertido después en España por empresarios como Carrión o Andrés Soriano, de las cervezas San Miguel. El viaje transcontinental de Antonio Arnaiz y Juan Calvo, cuyos apellidos dieron lugar al nombre Arnacal, fue el primer vuelo de tan larga distancia llevado a cabo por asiáticos. Hágase tu voluntad fue la apuesta de la distribuidora Filippine Films por producir películas en español para un mercado de espectadores que obligaba a importar películas desde México o España y a doblar películas americanas, ante lo cual la Parlatone Hispano-Filipina, su competencia, rodó otra película también íntegramente en castellano, Secreto de confesión.
El edificio, el vuelo y la película muestran la vitalidad de lo hispano en Filipinas: tras casi cuatro décadas desde la derrota militar frente a Estados Unidos, una buena porción del legado hispano sobrevivía y, aunque parezca contradictorio, formaba parte de la identidad propia anticolonial que compensaba la influencia norteamericana. Como alternativa al dominio colonial americano, los anhelos nacionales filipinos también se expresaban en castellano, como prueban no solo las películas mencionadas sino los 65.593 periódicos impresos en este idioma diariamente en el archipiélago en esas fechas, cerca de un tercio del total.
Este empuje hispanista repercutía en España a través de numerosas personas e instituciones privadas empeñadas en impulsar la relación mutua proveyendo numerosos beneficios adicionales a la antigua metrópoli más allá de los capitales repatriados y de los numerosos viajes realizados. El edificio Capitol no solo fue la culminación de la principal renovación urbanística de Madrid, la Gran Vía, iniciada en el siglo xix, también refleja la importancia de la elite cosmopolita de Filipinas en la modernización española, porque el Edificio Carrión tuvo la primera instalación completa de aire acondicionado.
El viaje del Arnacal, por su parte, fue una apuesta por una ruta transcontinental entre Europa y Asia en el naciente mercado aéreo, una vez que la PanAm parecía dominar los viajes transpacíficos, en la que tuvo un papel destacado Andrés Soriano, fundador después de la Philippine Air Lines (PAL).
Más allá de estas transferencias, el ambiente multinacional y económicamente tan desarrollado del archipiélago bajo la colonización americana favorecía mucho a quienes decidían instalarse o retornar definitivamente a la península y la prensa filipina se preciaba de los numerosos altos cargos en la administración española vinculados con Filipinas. El más destacado de ellos fue Juan José Rocha, miembro del Partido Radical y apodado «Miss Ministerios» durante la II República por la variedad de sillas que ocupó en los Consejos de Ministros.
El ambiente y el dinero de Filipinas, en definitiva, se han reflejado en España y han emergido en numerosos casos que van más allá de lo anecdótico: Andrés Soriano trasladó en su automóvil Packard a Don Juan cuando se ofreció al general Franco para luchar en el frente de batalla, Manuel María de Ynchausti financió numerosos proyectos del gobierno vasco pero fue crucial en especial para el exilio del lehendakari José Antonio Aguirre en Estados Unidos, y el dinero filipino del propio Carrión, tras acabar la Guerra Civil, le llevó a la dirección de una de las principales fábricas españolas de armamento, SAPA (Sociedad Anónima de Placencia de las Armas), en Andoain, San Sebastián.