1ª edición, Marzo 2014
Tirant lo Blanch
SINOPSIS
Dando respuesta a una aspiración largamente reclamada por la sociedad civil organizada, el 2 de abril de 2013 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptaba el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas. Las crónicas que en los días sucesivos daban cuenta del evento coincidian en calificar de histórico el acontecimiento. Lo es, sin duda, por tratarse del primer instrumento internacional que, con vocación de universalidad, aspira a establecer una regulación obligatoria de un fenómeno -el tráfico internacional de armamentos- que todavía hoy sigue estando demasiado descontrolado y que representa una de las causas de que anualmente más de medio millón de seres humanos mueran como resultado de la violencia armada.
La presente contribución trata de identificar las debilidades y lagunas del nuevo tratado, y aspira a descifrar las claves aún pendientes para que pueda llegar a cumplir la finalidad para la que ha sido adoptado.