1ª edición, diciembre 2013
Editorial Dykinson
Idioma: Español
Formato: Libro
Rústica
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91 5213004
SINOPSIS
Los comienzos del siglo XXI han venido acompañados de una serie de retos a los que la ciudadanía debe dar respuesta. Desafíos como la globalización, no solo económica, sino también cultural y de las comunicaciones, el trasvase de importantes cantidades de población fuera de sus países de origen, la aparición de lo que se ha denominado nuevos nacionalismos, la construcción de espacios políticos supranacionales, como la Unión Europea, la existencia de graves problemas como el cambio climático, los escasos recursos energéticos o las inhumanas hambrunas de millones de personas que parecen exigir alianzas mundiales, planetarias, para solucionarlos, etc.
Dar respuesta a estos retos reclama repensar la ciudadanía, reflexionar acerca de qué características han de asociarse a esa identidad política del individuo para que éste pueda enfrentarse a ellos en la línea de una maximización de la libertad, una búsqueda de la igualdad-equidad, de la justicia social, etc., esto es, de una optimización de la democracia. Este es el principal objetivo del libro. A partir de un análisis pormenorizado de los principales problemas de la realidad sociopolítica contemporánea, y tras examinar el concepto de ciudadanía defendido por los modelos políticos más extendidos en el panorama actual de la filosofía política -el liberal, el comunitarista y el republicano-, se va a defender una ciudadanía activa, múltiple o compleja e intercultural.
Un bloque esencial del libro se dedica a las virtudes cívicas. Para esa auténtica democracia a la que aspiramos no basta con buenas leyes, con justas instituciones. Se requiere de buenos y justos seres humanos, comprometidos en la defensa de ese mundo mejor deseado sobre la base de ciertos valores -derechos humanos-. Serán ellos los que creen y hagan funcionar correctamente las leyes e instituciones más válidas, los que las modificarán cuando queden obsoletas. Se han elegido algunas virtudes políticas esenciales como la tolerancia, imprescindible en un mundo plural, la capacidad de decisión, la tendencia a obrar con justicia, la solidaridad y la autonomía.
El libro pretende, pues, incitar al lector/a a una reflexión acerca de cómo debiera ser construida su identidad política, su ciudadanía, para enfrentarse a los desafíos del presente y reivindica un mayor compromiso y participación en la toma de decisiones en el espacio público, superando una ciudadanía meramente clientelar, extendida y pretendida por el triunfante modelo neoliberal.