Dolorica
Verano de 1936. De manera inocente y motivada por su amor hacia un miliciano anarqista, la sirvienta de una casa de postín de Madrid se convierte, sin saberlo, en espía al servicio del gobierno de la República. Es Dolores Lidón, una mujer sencilla, entrañable, que dejó su pequeño pueblo para servir en la capital, y que se convierte inconscientemente en la pieza clave que desmonta la estrategia del ejército fascista en su afán por tomar Madrid. En tono de comedia, y con situaciones disparatadas, la obra muestra un cúmulo de sentimientos entre los que destacan la nobleza, la ternura y la amistad.