Tratándose de un matrimonio no muy bien avenido el de Jullian y Jonathan, tomó ella la decisión de abandonarle durante su estancia vacacional en Canadá. Aunque residían y trabajaban en Nueva York en una empresa naviera de su propiedad, se desplazó hacia Los Ángeles con el fin de pasar inadvertida.
El resto, lo hizo la casualidad, un accidente automovilístico alteró su memoria dejándole en el anonimato y fue internada en el hospital que le dio el nombre de Arlett como identificación provisional. Mediante varias operaciones quirúrgicas se logró su total recuperación física, no así la de su mente, que les forzó a una vida distinta, mejor y desconocida por ellos.
Cabe entonces la pregunta: ¿Volverá a unirse la pareja cuando se consiga la recuperación? ¿O simplemente, preferirán ignorarla para continuar con la novedosa existencia de ambos por separado? No dejaba de ser un juego peligroso, en el que también intervienen amistades y familiares desconcertados.
