Ganas de hablar
Después de pasar toda una vida arreglándoles las uñas a las «señoras bien» de La Algaida con su haute manicure, y dándoles bullanguera conversación, el manicura Cigala recibe el reconocimiento de sus paisanos: el pleno municipal acuerda ponerle su nombre a una calle. Entusiasmado, y alentado por sus reivindicativas ganas de hablar, Cigala pide que le pongan su nombre a la calle Silencio, como compensación por cuanto ha tenido siempre que callar.
Y hasta la fecha fijada para el acontecimiento, se lo irá contando todo, día a día, a su senil hermana Antonia, con la que vive, y a sus clientas, y a la Fallon, y al curita Pelayo, y se enfrentará a todos los que se escandalizan porque le quite la calle nada menos que al Cristo del Silencio, cuya cofradía pasa por ahí cada Miércoles Santo.
Eduardo Mendicutti (Sanlúcar de Barrameda, 1948) es autor de más de quince obras, todas ellas publicadas con gran éxito de crítica y público, traducidas a numerosos idiomas y merecedoras de premios como el Café Gijón y el Sésamo. En 2017 recibió el Premio Pluma Literaria «por su trayectoria y su compromiso de visibilidad personal y profesional de la diversidad de las personas LGTB». Entre sus novelas se cuentan Siete contra Georgia, Una mala noche la tiene cualquiera, El palomo cojo y Los novios búlgaros, estas dos últimas llevadas al cine por Jaime de Armiñán y Eloy de la Iglesia respectivamente. Asimismo, ha publicado el libro de relatos Fuego de marzo y las novelas Yo no tengo la culpa de haber nacido tan sexy, El beso del cosaco, El ángel descuidado (Premio Andalucía de la Crítica 2002), California, Ganas de hablar y Mae West y yo. Tras Otra vida para vivirla contigo, publicó la descacharrante Furias divinas, y la memorable Malandar.